América, un continente que tuvo su cultura aborigen
rica en civilizaciones que dejaron rastros que hoy son el atractivo cultural
del turismo, "las civilizaciones precolombinas".
Con la llegada de los europeos a este "Nuevo
Mundo", comienza el encuentro de culturas.
Y también empieza la etapa de la conquista y
colonización de los pueblos americanos.
Hay algunos testimonios literarios que amplían la
visión de quienes se encontraron con estas tierras y plasmaron en descripciones
y características la visión de esos tiempos. Cartas de Colón, Américo Vespucio,
Hernán Cortés
Puede ampliar el tema, consultando otras obras:
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La literatura
en la conquista de América, es uno de los acontecimientos que trascendieron
en la historia del continente. Tras la llegada de los españoles a América, se
registraron los primeros testimonios literarios a través de las crónicas y
cartas que expresaban los conquistadores, en donde podían ir del asombro a
realizar fuertes críticas sobre el entorno que se encontraban. La mayoría,
menospreciaban las culturas nativas; escribían es sus crónicas y cartas que las
culturas precolombinas eran primitivas y paganas. Por otra parte, con la influencia
de las novelas de caballería, que por entonces hacían furor en Europa, se
retrataba de manera imaginaria y fabulosa la naturaleza americana como un lugar
lleno de maravillas, de animales y hombres monstruosos o ciudades que cambiaban
mágicamente de lugar. Este acontecimiento termina dando origen a la literatura
latinoamericana que siglos después encontraría su identidad en la expresión de
lo real-maravilloso y lo fantástico.
La
primera literatura americana, escrita en español, es la que se conoce como la
de los cronistas de Indias, que fue elaborada por descubridores, conquistadores
y colonizadores, quienes comunicaban con fervor y asombro la realidad del
continente americano, primero a los Reyes Católicos y después a su sucesor,
Carlos V.
El
hecho de que es estas primeras crónicas, sus autores no tuvieran un exclusivo
interés literario, no les quita mérito en su imaginación poética. El sólo hecho
de llevar al papel su visión fascinada de las nuevas tierras, al nivel de la
realidad del Nuevo Mundo, es ya una creación literaria porque allí está el
origen de la poesía. Al encontrarse los cronistas con una naturaleza y cultura
tan diferentes a las suyas, exageraron esa realidad y la convirtieron en
ficción.
Cristóbal
Colón fue el primer europeo en observar y escribir la realidad del nuevo
continente. Fue el primer cronista, quien tampoco se escapó al encanto de la
belleza de esta naturaleza. En sus cartas a los Reyes Católicos y a sus amigos,
describió su visión de América como un paraíso terrenal, cuando descubrió la
desembocadura de río Orinoco y escribió sobre supuestos monstruos que habitaban
las tierras recién descubiertas.
Sirenas.
—:"El
día pasado, cuando el almirante iba al río del oro, dijo que vio tres sirenas
que salieron bien alto de la mar, pero que no eran hermosas como las pintan,
que en alguna manera tenían pinta de hombre en la cara; dijo que en otras veces
vio algunas en guinea en la costa Manegueta."
A
medida que pasaban los años del siglo XVI, los conquistadores y descubridores
produjeron crónicas con mayores elementos maravillosos, que estaban más cerca
de la literatura que de la realidad. Muchos cronistas creían que estaban
entrando en algún reino mágico que se relataba en cualquier novela caballeresca
o cualquier mito europeo.
—:"Hay
por aquellos parajes una nación de indios, que tienen un pie como las cabras: y
otra nación que las pantorrillas de las piernas las tienen a la parte de
adelante, y los pies a la parte de atrás; y se conjetura que desde la rodilla
para abajo tienen las piernas al revés, de suerte que el talón es lo que había
de ser la punta del pie, esta está donde debía estar el talón. Y esto parece
más conforme a la monstruosidad referida…"
Al
relatarse todas estas crónicas, acompañadas de todo tipo de maravillas y
monstruos, se pueden comparar con la mitología y la poesía de los griegos. La
cultura griega se destacó por inventar regiones fantásticas como el Hades o el
Olimpo, creó héroes como Aquiles, Ayax]] o Ulises, y seres legendarios como,
por ejemplo, el centauro (que era mitad hombre y mitad caballo). Por su parte,
los españoles también crearon en sus crónicas regiones fantásticas, como el
país de El Dorado o el Paraíso Terrenal; héroes como Francisco Pizarro, Hernán
Cortés o Álvar Núñez Cabeza de Vaca y monstruos como los hombres con pie de
cabra, rabo, un ojo en la frente, o gigantes de cinco metros de estatura.
Las
crónicas de la conquista.
Entraban
los primeros años del siglo XVI y con este Europa se encaminaba al
Renacimiento. Por esa época, se observaba al continente americano de manera más
objetiva y comenzaban a surgir un grupo de cronistas compuesto por misioneros,
conquistadores, colonizadores y mestizos, que produjeron nuevas crónicas con
una verdadera conciencia literaria; no solamente se escribían cartas y crónicas
de un modo espontáneo, sino que se interesaban por la forma: se utilizaba la
prosa y el verso para elaborar verdaderas narraciones y poemas sobre la vida de
los conquistadores e indígenas. Los máximos representantes de esta producción
literaria americana, en aquel momento, fueron Gonzalo Fernández de Oviedo, Fray
Bartolomé de las Casas, Francisco López de Gómara, Bernal Díaz del Castillo y
Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Todos estos escritores tuvieron la particularidad
de reseñar cada detalle del nuevo continente. Y a pesar de que la mayoría eran
de origen español, su visión de la conquista fue muy diversa. Mientras hubo
cronistas como Fernández de Oviedo y Díaz del Castillo que contaron sus
experiencias vividas en América, hubo otros como López de Gómara que jamás
aparecieron por estas tierras, pero si escribieron a partir de cartas que
recibían de Hernán Cortés y otros conquistadores.
La
crónica mestiza.
También
hubo unos cuantos cronistas nacidos en el Nuevo Mundo, que le dieron otra
dimensión tanto a la verdad de la conquista, como a las manifestaciones
literarias. Los más importantes fueron Felipe Guamán Poma de Ayala, y el Inca
Garcilaso de la Vega. “El Inca Garcilaso es el primer escritor nacido en
América que es consciente de su sangre mestiza y que verdaderamente inaugura
nuestra gran literatura, hija y heredera de toda la tradición cultural occidental
y precolombina.”
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